viernes, octubre 15, 2010

Cuento.


Lo odiaba, tan fácil como eso.

Detestaba el desgano con que sus ojos oliva profundo le devolvían la mirada, desafiándolo. Evitaba concentrarse en la macabra e irónica sonrisa que sellaba su arrogante expresión. Sin embargo, no podía dejar de mirarlo, estaba obligado a enfrentarse a ese rostro.

Todos los días de su vida lo hacía, ¿por qué abría de cambiar hoy? Siguió allí quieto como una tabla, observándolo. Su cabello estaba ya un tanto largo y le caía sobre la cara, hacia resaltar su grisácea piel. Lucía como un muerto, pero se preguntaba qué sentía.

¿Qué ocultaban esos ojos profundos? ¿por qué esa maldita sonrisa seguía allí?

Observaba al mundo cayéndose a su alrededor, pero ella seguía ahí. Esa maldita expresión de arrogancia le cubría el rostro como una máscara que no estaba dispuesta a salir.

¡Maldita sea! ¡Lo aborrecía!, tanto era su desprecio que murmuraba cosas, maldiciones, hacia él. No obstante, seguía quieto, sin mover otra cosa más que sus labios y sus ojos que vagaban por todo el rostro estudiando que podría haber cambiado de un día a otro.

Nada, todo seguía intacto. Quizás un poco más de cansancio lucía esa mañana, un resto de pasta dental sobre sus labios, aun así seguía siendo el mismo.

Suspiro rendido y salió del baño, pues no le gustaba pasar mucho tiempo allí. Odiaba mirarse en el espejo por las mañanas.

Fin

2 comentarios:

  1. Tienes el don, me encantaaaa (H)no como una que su blog tiene pura caquita d1 ajajaja! asdas! te amo ñafe c: <3 you know... c:

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  2. eres la mejor de la vida <3 y aún no sé si tengo el don, pero me gusta mucho escribir :c XDDD te amo muchi (:

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